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¿Sabías qué...?

En un estudio realizado por Richard Green, en el que visten a varios recien nacidos con telas Rosas y Azules (típicamente masculino y femenino en nuestra cultura) y sin decir a los adultos de qué sexo son, los adultos hablan con mayor dulzura e incluso perciben como más "bonitas" a los bebés que creen niñas.

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RICHARD GREEN

Sexólogo experto.

En nuestra cultura el aprendizaje sobre el cuerpo suele excluir a los genitales, siendo una parte negada del cuerpo. Es posible que al profesional de la salud le resulte difícil incluir preguntas sobre los genitales en la exploración general de los consultantes o en la educación a los mismos. No obstante, es importante indagar al respecto.

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El rechazo, el evitar hablar o la negación de los genitales en los niños tiene como consecuencia que el niño o la niña crezca con una imagen incompleta.

 

No se puede cuidar, amar y respetar algo que no se conoce o que se niega, pues no existe. 

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Los bebés aprenden a diferenciar sensaciones por medio de los estímulos recibidos, lo que a la vez los hace sentirse queridos y dignos de ser tocados. Al mismo tiempo, el tocar el cuerpo ayuda a construir una imagen positiva del mismo. Cuanto más avanzan los menores en su desarrollo psicomotriz, pueden también estimular por sus propios medios zonas del cuerpo que aprenden a identificar como placenteras.

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Se ha encontrado en diversos estudios cómo los bebés que viven en familias más saludables suelen tocar más su cuerpo que aquellos abandonados o en orfanatos.

(Spitz, 1969 – Ed. 2001).

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